Classically trained in drawing and engraving, Eduardo Hernández Santos discovered the powerful expres- siveness of photography in parallel with the developing self-discovery of his sexuality. Social and legal attitudes about homosexuality—still deemed socially unacceptable at the time—compelled Hernández Santos to tread lightly at first. Daringly, albeit cautiously, he presented an alternative to the machismo inculcated in society as part of the Cuban Revolution. Even today, he feels the tug of censorship. “Censorship has many ghosts. You don’t know what you can and can’t do,” he said.

Eduardo Hernández Santos, con una formación clásica en dibujo y grabado, descubrió la poderosa expresividad de la fotografía en la época en que estaba definiendo su sexualidad. Procedió con cautela al principio, forzado por las actitudes sociales y mecanis- mos legales que consideraban la homosexualidad inaceptable. De manera audaz, aunque precavida, presentaba una disyuntiva al machismo sedimentado en la sociedad por la revolución cubana. Incluso hoy en día, siente el peso de la censura. “La censura tiene muchos fantasmas. No sabes qué puedes y qué no puedes hacer”, comenta.