In Adrián
Fernández’s series of
still lifes in Cuban interiors, table decorations with plastic fruits or fake flowers
blend into their colorful surroundings, confusing what is real and what is
manufactured. Such objects often form the proud centerpieces of dining areas in
middle-class homes in Havana, helping to create an impression of beauty and
abundance. Fernández’s highly illusionistic
photographs imply how
this cultivated image of refinement is often a projection more than a reality.

En la serie de naturalezas muertas de
Adrián Fernández sobre interiores cubanos, las decoraciones de la mesa con
frutos de plástico o flores artificiales se funden con el colorido del
alrededor, hasta dejar confuso lo que es real y lo manufacturado. A menudo,
tales objetos pasan a ser los centros de áreas de comedor, en las casas de la
clase media habanera, ayudando a que se genere una simple impresión de belleza
y abundancia. El cuño altamente ilusionista de las fotos de Fernández trae a la
luz cómo la imagen de cultivado refinamiento es más una mera proyección que una
realidad.